ALIMENTACIÓN PARA UNA TIROIDES SANA

23.10.2017

La tiroides es una glándula con forma de mariposa situada en el cuello. Se encarga de la producción de hormonas importantes para nuestra salud y controla prácticamente todas las funciones de nuestro cuerpo interactuando con todas las demás hormonas (desde la insulina hasta las hormonas sexuales). 

Cuando funciona de manera adecuada, produce la cantidad de hormonas tiroideas exigida por nuestro cuerpo, pero cuando esto no sucede (produce menos o más de las necesarias) se altera significativamente el metabolismo, y esto va relacionado con factores como la frecuencia cardíaca y la rapidez para quemar calorías.


Las enfermedades de está glándula son frecuentes en la población general y sobre todo en las mujeres.

El hipotiroidismo se caracteriza por una baja actividad de la glándula haciendo que el metabolismo del cuerpo disminuya y provocando síntomas que afectan todo el organismo como fatiga, depresión, aumento de peso, piel seca, pérdida del cabello e intolerancia al frío.

Por el contrario, el hipertiroidismo se caracteriza por producir demasiada hormona y provoca que el metabolismo se acelere, causando nerviosismo, insomnio, intolerancia al calor, pérdida de peso, palpitaciones, temblor y debilidad.



¿Cómo prevenir problemas con esta glándula?

En la consulta es frecuente que se pregunte por los alimentos que mejoren la actividad del tiroides. Mi respuesta siempre es que no existen alimentos que "curen" cuando ya existe enfermedad en ella, pero antes de que aparezcan si se pueden seguir unas recomendaciones que ayuden a prevenir futuros problemas.

La glándula tiroides necesita yodo para funcionar correctamente. Cuando existe deficiencia de este, se produce un agrandamiento de la glándula (lo que se conoce como bocio). Para evitar este problema, es necesario aportar a nuestro organismo la cantidad de yodo que necesita. La manera mas fácil de conseguirlo es consumiendo sal yodada. Esta se encuentra fácilmente en tiendas y supermercados.

El uso de esta sal es recomendado para toda la población, y especialmente en mujeres embarazadas ya que una dieta baja en yodo puede afectar al desarrollo del feto. Sin embargo, en aquellos que tienen ya un problema de tiroides puede interferir en el diagnóstico y en el control de la medicación por lo que en estos casos no debe tomarse. Por tanto, la sal yodada solo debe ser utilizada como prevención.

Alimentos como las algas, los pescados y los mariscos o los lácteos también aportan yodo, por lo que se recomienda incluir con frecuencia estos alimentos en la dieta.


En algunos vegetales, como las coles (repollo, coliflor, brócoli, romanescu, coles de Bruselas), los nabos, los rábanos, la soja o la mostaza se encuentran sustancias que pueden bloquear la utilización del yodo. Sin embargo su efecto nocivo para el tiroides desaparece cuando son tratadas con calor, por lo tanto no deben ser eliminadas de la dieta ya que son muy beneficiosas para la salud, y consumirlas cocinadas.


Y cuando ya existe enfermedad tiroidea, ¿Qué consejos hay que seguir?

Las recomendaciones dietéticas destinadas a personas con patología de tiroides (tanto para hipotiroidismo como hipertiroidismo) no son muy diferentes de las del resto de población.


En el caso de las personas con hipotiroidismo, se recomienda seguir una dieta fraccionada, es decir, realizar pequeñas tomas de alimentos cada 3-4 horas. Pasar muchas horas sin ingerir alimentos ralentiza el metabolismo (que ya de por si está disminuido por la deficiencia de hormona tiroidea) y sin embargo, comer alimentos cada poco tiempo favorece el ritmo metabólico.

Es importante consumir alimentos de buena calidad nutricional, es decir, evitar alimentos ricos en grasas o azúcares simples. El hipotiroidismo se asocia con alteración de los lípidos en sangre (colesterol, triglicéridos) y de la glucosa, lo que perjudica a la salud. Esto puede ser compensado por una alimentación sana.

Los alimentos ricos en fibra, como las frutas y verduras, los cereales integrales y las legumbres tambien pueden ser de gran ayuda para evitar el aumento de peso y el control de los niveles de insulina en la sangre. Ademas controlan el apetito al generar sensación de saciedad.

Aunque esta patología se asocia a aumento de peso, se deben evitar dietas extremadamente restrictivas. Estas pueden disminuir aún mas el metabolismo y acentuar los síntomas propios del hipotiroidismo, poniendo en riesgo la salud y provocando un mal control de las hormonas. En el caso de querer bajar de peso, es muy aconsejable ponerse en manos de profesionales (dietistas-nutricionista) y tener en cuenta que esa pérdida debe ser lenta y progresiva para evitar problemas de salud y desajustes de las hormonas tiroideas.

Practicar ejercicio también ayuda a aumentar el ritmo del metabolismo. El que mas beneficios aporto es el ejercicio aeróbico (caminar, correr, bicicleta, nadar...). Tampoco es aconsejable iniciar la práctica de deporte de manera brusca, sino progresiva.

Por lo tanto, consumir alimentos de calidad, fraccionar la dieta, realizar ejercicio físico e intentar mantener un peso sano resultan claves para cuidar la salud si tienes hipotiroidismo.




En el caso del hipertiroidismo, la dieta debe ser enérgetica pero sin dejar de ser variada y equilibrada. Debido al aumento del metabolismo, se suele perder peso y masa muscular, por lo que debemos aportar a nuestro organismo las calorías que necesite para evitar esta perdida. Además debe ser rica en vitaminas y minerales ya que su uso por el organismo es mayor respecto a la población sana.

Se aconseja establecer un horario de 5 comidas realizando 3 comidas principales (desayuno, comida y cena y dos tentempiés entre ellas. El objetivo es evitar pasar más de 4 horas entre cada comida que puede provocar agotamiento y desvanecimientos.

Aunque la dieta deba ser más energética, esto no significa que tenga que ser de peor calidad. El aumento de calorías se aconseja realizar introduciendo en la alimentación frutos secos y aumentando las raciones de hidratos de carbono (cereales y pastas, preferentemente integrales, patata, legumbres) y proteína (carnes magras, pescados, mariscos y huevo). 

En cuanto a las frutas y verduras, aunque sean de bajo valor calórico, se deben consumir porque aportan vitaminas y minerales que el organismo también necesita.

También se aconseja incluir 1 litro de leche (o su equivalente de derivados lacteos: yogures, quesos, kefir) para complementar el consumo de calcio, fósforo y vitamina D.

Se debe aumentar la cantidad de agua ingerida al día a unos 3 litros y excluir de la dieta la cafeína y otros estimulantes porque agravan la excitabilidad y el nerviosismo.




En el caso de padecer hipotiroidismo o hipertiroidismo, o si te preocupa la salud de tu tiroides para evitar futuros problemas, puedo ayudarte a adaptar y mejorar tu alimentación.


NAOMI HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ - DIETISTA-NUTRICIONISTA

COLEGIADA CYL00110



Artículos relacionados


¿¿Niveles elevados de glucosa en tu última analítica??


Los frutos secos y su lugar en la alimentación


Trucos para combatir la ansiedad por la comida