Helados y            perder peso,      ¿es compatible?

04.07.2018

Ahora que el verano ya ha llegado, el calor y el tiempo de ocio nos invitan a llevar un tipo de vida más relajado donde las tentaciones son muchas y más difíciles de evitar. En esta época los helados se convierten en los productos estrella de la temporada. Existen de todos los sabores, colores y formas imaginables.


Cuando nuestro propósito es perder peso o mantenerle, pensamos que tomar un helado es algo que tenemos prohibido, y lo prohibido siempre es más deseado... Total, que al final nos flojea nuestra fuerza de voluntad y acabamos devorando estos tentadores productos.


Lo correcto sería eliminar de nuestra cabeza la idea de que existen alimentos que no tenemos permitidos tomar y hacer acuerdos dentro de nuestro plan alimentario semanal. Por ejemplo, podemos establecer el consumo de 1 o 2 helados por semana. El helado debe ser parte de un plan alimentario equilibrado y personalizado y de una "reeducación alimentaria". De esta manera nos animamos a seguir con nuestros hábitos saludables y no sentimos estar haciendo un tratamiento privativo. Si incluimos los helados en nuestra alimentación, dejamos de estar pendientes de consumirlos a todas horas sabiendo que lo vamos a incorporar en el momento adecuado teniendo en cuenta el permiso semanal acordado.


Si es cierto, que aunque sean alimentos que podemos tomar con moderación, hay mucha diferencia en la composición y valor energético de unos helados a otros. Por eso, esta época es especialmente propicia para conocer un poco más sobre estos productos y saber que no da lo mismo comer uno que otro.


Tipos de helados comerciales

Podemos diferenciar entre dos grandes grupos, helados cremosos o helados de hielo


Los helados cremosos se caracterizan por tener estar compuestos fundamentalmente por leche, manteca o nata acompañados de huevo, saborizantes, azucares o edulcorantes y se acompañan de toppins como frutas, chocolates, frutos secos, galleta...

Los helados de hielo tienen como componente principal el agua, y se le añade azucares, saborizantes, colorantes y en ocasiones zumo de frutas.


Si comparamos la composición de unos con los otros, siempre van a ser mas calóricos los helados cremosos debido a la presencia tanto de grasas como de azucares, así como una pequeña cantidad de proteína (leche, huevo, frutos secos...). Sin embargo, en los helados de hielo tan solo aparecen azucares. Por tanto, si queremos una opción más ligera para calmar nuestras ganas de tomar este producto es preferible elegir un helado de hielo, sabiendo que este solo nos va a aportar calorías vacías en forma de azúcar. Sin embargo, si vamos a tomar un helado como sustitución de una comida, por ejemplo una merienda, es más adecuado elegir un helado cremoso que nos va a aportar más nutrientes (grasas y proteínas además de azúcar).


Por tanto, mi recomendación es elegir un helado de hielo cuando queramos calmar las ganas de tomar este producto o si lo vamos a tomar como postre de una comida o cena. Y si lo vamos a tomar como una de las comidas diarias, elegir un helado cremoso que es más completo nutricionalmente y produce más saciedad.


Además, es aconsejable leer el etiquetado de los helados antes de comprarlos y fijarse tanto en la cantidad de azucares que contienen como la calidad de las grasas que se utilizan, huyendo sobretodo de las grasas trans y del aceites de palma. Otro consejo si vamos a comprar helados para tenerlos en casa y tomarlos en el momento que nos apetezca, es preferible coger aquellos en tamaño mini.


Lo más importante es mentalizarse de que son productos de consumo ocasional, que no pasa nada por tomarlo de vez en cuando pero tenemos que ser conscientes y controlar su consumo para disfrutarlos al máximo cuando los tomemos y que no nos pasen factura.


Helados caseros

Siempre la mejor opción va a ser preparar en casa nuestros propios helados. Estos van a ser más sanos, elaborados con ingredientes naturales y al igual que los comerciales, nos van a calmar las ganas de tomar helado. Además los podemos elaborar a nuestro gusto del sabor y textura que más nos guste.

Mi merienda preferida en verano cuando era una enana era un yogur congelado, al que le clavaba una cuchara y le introducía al congelador. ¿Puede haber algo más refrescante y sano para una merienda?.

Podemos elaborar polos caseros utilizando leche o yogur con la fruta que más nos apetezca. Aquí tenéis varias ideas para preparar diferente heladitos riquísimos, que en este caso, al estar elaborados con ingredientes sanos podrías tomarlos incluso a diario. Estas opciones son ideales, sobre todo, para los niños.

NAOMI HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ    DIETISTA-NUTRICIONISTA

COLEGIADA CYL00110